Conexiones filiales y transversalidades femeninas: Belén Moneo Feduchi, Marisa Sáenz Guerra y Cristina Vallejo Llopis
Blanco Agüeira, Silvia
Doctora arquitecta. Profesora titular en CESUGA-Universidad San Jorge.
Miembro de AMIT/Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas.
sblanco@usj.es

Hervás y Heras, Josenia
Doctora arquitecta. Profesora asociada en la Universidad de Alcalá de Henares.
Cofundadora de El Triángulo H Arquitectos.
jhervasheras@colaboradorst.es

Etiquetas/Tags: Mujeres, Arquitecto, Diseñador, Proyecto, Siglo XX 2ª mitad
Uno de los puntos importantes que se trataron en el X Congreso Internacional de Arquitectos, celebrado en Bruselas en septiembre de 1922, fue el de la mujer arquitecta. El representante español, Luis María Cabello y Lapiedra, pedía no cerrar las puertas de la práctica arquitectónica al género femenino, argumentando que aunque el ejercicio de la profesión podría no ser adecuado debido a ciertos requerimientos físicos, las labores de delineación y decoración podrían ser desempeñadas sin problemas por la «compañera del hombre». (1)
Casi un siglo después, nos encontramos con el ejemplo de arquitectas que, además de escalar andamios, subir escaleras y dirigir obras, también se han dedicado al estudio y creación de pequeñas piezas integradas en la arquitectura. Mujeres creadoras relacionadas con el mundo del diseño, con estrechos vínculos filiales a la vez que profesionales, que nos permiten realizar el análisis y las conexiones temporales, estéticas y materiales producidas durante la segunda mitad del siglo XX, en un ambiente de proximidad familiar con el mundo del mobiliario de vanguardia y del interiorismo en España. En el caso de Belén Moneo, debemos señalar que su colaboración con Jeff Brock ha dado soporte a proyectos paternos, como el Museo de Arte Moderno y Arquitectura
de Estocolmo (1991-1998), lo que le permitió diseñar lámparas y bancos para dicho espacio cultural. Por otra parte, Marisa Sáenz Guerra también tuvo el privilegio de trabajar con su padre y su hermano Vicente en diversos proyectos y direcciones de obra. El edificio para la Fundación Museo Jorge Oteiza fue una inolvidable obra para su hija, que recordaba cómo Francisco Javier Sáenz de Oíza pudo apreciar toda la estructura acabada del museo antes de morir; estructura que sirvió de inspiración para la creación de la silla para la casa-taller y el salón de actos (1998).
Finalmente, la arquitecta Cristina Vallejo Llopis ha colaborado con su padre en la dirección de obra de varios edificios, como la Escuela de Hostelería de Alcalá de Henares (1991), pero su conexión más estrecha con su progenitor se halla en la silla Almería (1959), de estructura metálica, con asiento y respaldo encordados con esparto.
Los ejemplos de Belén Moneo Feduchi, Marisa Sáenz Guerra y Cristina Vallejo Llopis, hijas de Rafael Moneo Vallés, Francisco Javier Sáenz de Oíza y Antonio Vallejo Acevedo respectivamente, nos permitirán establecer intercambios generacionales, aportar visibilidad a trayectorias poco conocidas, (2) así como poner de manifiesto la transversalidad de una profesión en femenino y la importancia del mueble en la conformación del espacio arquitectónico total.
(1) Josenia HERVÁS y Silvia BLANCO-AGÜEIRA, Women Architects outside the Spanish Borders: Patriarchal Models at
International Congresses (1939–1975); Arts, 9:1 (2020): 26. https://doi.org/10.3390/arts9010026
(2) Ana María FERNÁNDEZ GARCÍA: On Women Architects. Looking for a Room of One’s Own: on the Visibility of Professional Women and Associationism in Europe; en MoMoWo. 100 Works in 100 Years, Liubliana-Turín, France
Stele Institute of Art History, 2016, 16-19.